Nota Central

Valor de la ultrasonografía transvaginal en la evaluación del endometrio en pacientes posmenopáusicas

Lectura: 17 minutos /

Autora: Ángela María Espinosa Esquivel
Centro formador: Diagnóstico Científico Integral
Tutor del TFI: Dr. Mariano Toziano
Tribunal examinador: Dra. Marta Luján Kura


Resumen

El 10% de las mujeres posmenopáusicas con sangrado uterino anormal (SUA) tendrán cáncer de endometrio. Se recomienda efectuar biopsia endometrial en toda mujer posmenopáusica con sangrado uterino y grosor endometrial ecográfico igual o mayor de 5 mm. En mujeres posmenopáusicas asintomáticas se ha sugerido efectuar biopsia endometrial si se detecta un endometrio igual o mayor de 11 mm.

El objetivo general de este estudio es establecer el valor diagnóstico de la ecografía transvaginal para detectar engrosamiento endometrial, utilizando los valores de corte de 5 mm en mujeres posmenopáusicas sintomáticas y de 11 mm en mujeres posmenopáusicas asintomáticas que fueron a biopsia endometrial.

En cuanto al método, se realizó un estudio de tipo retrospectivo transversal observacional, haciendo una revisión de la base de datos del Servicio de Imágenes de Diagnóstico Científico Integral, en el período comprendido entre enero de 2020 y diciembre de 2022. Se analizaron las ultrasonografías transvaginales en mujeres posmenopáusicas que acudieron remitidas por sangrado uterino y por control asintomáticas, donde se obtuvo el valor del grosor endometrial. Con respecto a los resultados, se analizó un total de 223 mujeres que tenían registro completo de los datos clínicos, grosor endometrial medido mediante ecografía y resultado de la biopsia endometrial.

La edad promedio de todas las mujeres fue de 63 años (rango: 55 a 85 años). El motivo de consulta más frecuente fue la hemorragia de la posmenopausia (83%) y en menor porcentaje, el control asintomático (14%), entre otros. El grosor endometrial promedio de las mujeres posmenopáusicas fue de 7 mm (rango: 5-26,3 mm). Como conclusión, podemos afirmar que la ultrasonografía transvaginal es el mejor método de screening en mujeres posmenopáusicas, tanto sintomáticas como asintomáticas, para el diagnóstico de patología endometrial.

Palabras clave: engrosamiento endometrial, sangrado de la posmenopausia, ultrasonografía.

Objetivos

Objetivo general

Establecer el valor diagnóstico de la ecografía transvaginal para detectar engrosamiento endometrial, utilizando los valores de corte de 5 mm en mujeres posmenopáusicas sintomáticas y de 11 mm en mujeres posmenopáusicas asintomáticas que fueron a biopsia endometrial.

Objetivos específicos

  • Revisar los criterios ecográficos de engrosamiento endometrial y evaluar los puntos de corte para indicar la realización de biopsia endometrial en pacientes posmenopáusicas.
  • Conocer la incidencia de las patologías benignas y malignas en mujeres posmenopáusicas con engrosamiento endometrial que acuden al Servicio de Imágenes de Diagnóstico Científico Integral.
  • Identificar el grado de concordancia que existe entre la clínica, hallazgo ultrasonográfico e histopatológico en mujeres posmenopáusicas con engrosamiento endometrial.

Materiales y métodos

Se realizó un estudio de tipo retrospectivo transversal observacional, haciendo una revisión de la base de datos del Servicio de Imágenes de Diagnóstico Científico Integral, en el período comprendido entre enero de 2020 y diciembre de 2022. Se analizaron las ultrasonografías transvaginales en mujeres posmenopáusicas que acudieron remitidas por sangrado uterino y por control asintomáticas, en las que se obtuvo el valor del grosor endometrial. Además, se revisó la base de datos del Servicio de Ginecología del mencionado centro, de donde se obtuvo información sobre las biopsias de endometrio (ambulatorias) en ese mismo período de tiempo. Se hizo una revisión de la historia clínica de cada paciente mediante el sistema electrónico de fichas clínicas y la base de datos ecográfica.

Durante el período mencionado se llevaron a cabo un total de 19.680 ecografías transvaginales. Dentro de esta cifra, se identificaron 9.655 estudios que correspondían a pacientes posmenopáusicas que acudieron por screening, obteniéndose el valor del grosor endometrial.

Las variables descriptivas fueron edad, obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, presencia de menarquia temprana, nuliparidad, uso de terapia hormonal de reemplazo, uso de tamoxifeno, antecedente familiar de cáncer de endometrio, cáncer de mama y cáncer colorrectal. La variable dependiente fue presencia histológica de neoplasia endometrial; la variable independiente fue el grosor endometrial ecográfico.

Se incluyeron 223 pacientes posmenopáusicas de edades comprendidas entre 55 y 85 años, quienes en la evaluación ecográfica presentaron un grosor endometrial igual o mayor de 5 mm, con datos clínicos completos y resultado de la biopsia endometrial.

Los criterios para realizar biopsia por histeroscopia en pacientes posmenopáusicas fueron:

  • Sintomáticas con sangrado uterino con grosor endometrial ≥ 5 mm.
  • Asintomáticas con grosor endometrial ≥ 11 mm.

Se excluyeron las pacientes que no presentaron ecografía transvaginal previa a la biopsia de endometrio y aquellas pacientes a cuyo resultado del estudio anatomopatológico no se pudo acceder.

A todas las pacientes se les realizó una exploración ultrasonográfica transvaginal con el equipo de ecografía Toshiba Xario 100 con Power Doppler y Doppler Color con monitor LCD de 19” y un transductor endocavitario de entre 5 y 7,5 MHz (Figura 7).

Las muestras fueron obtenidas mediante biopsia por histeroscopia (n:223). Se realizaron ambulatoriamente en un servicio ginecológico externo con previo diligenciamiento de un formato de aceptación y consentimiento del procedimiento de la siguiente manera:

-Se inició con el tacto vaginal para establecer la orientación uterina, y las características de los genitales internos, luego cervicovaginoscopia con asepsia de los fondos de saco y el cuello uterino, pinzamiento del labio anterior con el tenáculo de Jacobs (Figura 8), y posteriormente toma de la biopsia endometrial de las dos caras y los dos bordes uterinos con la cánula de Novak (Figura 9), y en otros casos se usó cánula Cornier (Figura 10).

-El material obtenido se fijó con formaldehído al 10% inmediatamente después. Las muestras de las biopsias de endometrio fueron procesadas y leídas por uno de los investigadores, quien no conocía los datos clínicos de la paciente, que consignó los hallazgos macroscópicos y microscópicos, el diagnóstico histopatológico y una calificación de la calidad de la muestra para su lectura como adecuada o inadecuada. Con posterioridad, se obtuvo el reporte de patología del endometrio en el espécimen quirúrgico, procesado en el laboratorio de patología.

Introducción

La posmenopausia es la etapa de la vida en la que ocurre un profundo descenso en las concentraciones circulantes de estrógenos, generando la aparición de los síntomas físicos y psicosomáticos. En la actualidad, la expectativa de vida de la población hace que cada vez más mujeres, y por un mayor período, se encuentren expuestas a las consecuencias negativas de la deficiencia hormonal, siendo un problema de salud pública, dado el enorme impacto de esta sobre la población y los costos que implica.(1-6)

Las patologías de la cavidad uterina en la posmenopausia comprenden un diverso número de posibilidades, que influenciadas por diferentes factores escapan del proceso de atrofia que sufre normalmente la mucosa endometrial fuera de la etapa reproductiva. La más preocupante entre estas afecciones es la neoplásica de origen endometrial.(1-3-6)

El engrosamiento endometrial en mujeres posmenopáusicas puede manifestarse con o sin sangrado uterino anormal (SUA). Este último es un problema frecuente en ginecología, y puede deberse a patología orgánica o funcional.

Las enfermedades orgánicas más frecuente son: pólipo endometrial, mioma submucoso, atrofia endometrial, hiperplasia endometrial y cáncer de endometrio.(2)

El cáncer de endometrio es la patología con mayor incidencia del tracto femenino en los países desarrollados y en especial en mujeres posmenopáusicas, con una sobrevida global del 80% a los 5 años. En Argentina se registra una incidencia de 8/100.000 mujeres y una mortalidad de 2/100.000 mujeres al año. Representa el sexto cáncer femenino en frecuencia, con una edad de presentación de 63 años, y solo el 9% de los tumores se presenta en menores de 45 años, con un pico de incidencia entre los 55 y 74 años.(4-7)

Se ha demostrado que en mujeres posmenopáusicas que presentan SUA, el 10% tendrá cáncer de endometrio, por lo que existe gran interés en determinar cuál es la mejor manera de estudiar su etiología en estos casos.(2) Su sospecha se basa en la presencia de factores de riesgos, la clínica y el aumento del grosor endometrial en la ecografía.(2) Entre estos se destacan aquellos relacionados con altos niveles de estrógenos (ciclos anovulatorios y uso de estrógenos exógenos), edad avanzada, menarquia temprana, obesidad, nuliparidad. Existen factores hereditarios, como el síndrome de Lynch, mujeres con un familiar de primer grado con cáncer de endometrio.(3)

La sobrevida del cáncer de endometrio es alta (86%) cuando el diagnóstico se realiza precozmente, con la enfermedad limitada al útero.(1-2)

Existen varios estudios publicados sobre la relación que existe entre el cáncer de endometrio y el grosor endometrial ecográfico. Para mujeres posmenopáusicas con SUA, la sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de cáncer de endometrio con un grosor endometrial ≥ 5 mm es de 96%.(3)

En la actualidad existen diferentes métodos de estudio de la patología endometrial; uno de los más utilizados es el ultrasonido transvaginal.(7) Por su sencillez, seguridad, bajo costo y alta sensibilidad para detectar patología endometrial ha ocupado un lugar preponderante, mediante el cual podemos determinar de manera indirecta sus características: espesor, homogeneidad, lesiones focales, entre otros. Constituye el mejor método de evaluación en mujeres posmenopáusicas, tanto sintomáticas como asintomáticas, siendo inicialmente la evaluación para el diagnóstico de engrosamiento endometrial de las mujeres que consultan por SUA.(2-3-7)

En la evaluación endometrial por ultrasonido su resultado es la medida del doble espesor de la capa endometrial, tomando una medida anteroposterior de una capa basal a la otra, con exclusión de cualquier fluido dentro de la cavidad.(2) El tamaño ecográfico del endometrio ha sido un valor usado clásicamente para decidir si hacer o no una biopsia endometrial en mujeres posmenopáusicas con sangrado uterino anormal.(8-9)

Es por esto por lo que el engrosamiento endometrial en mujeres posmenopáusicas va dirigido sobre todo a descartar o confirmar patología del endometrio, con especial énfasis en el reconocimiento precoz del cáncer, siendo un hallazgo clínico importante que requiere una evaluación minuciosa para determinar su causa y poder abordarlo de manera adecuada.(10-11)

Diagnóstico

Existen diversos estudios publicados a nivel mundial sobre las patologías benignas y/o malignas del endometrio en mujeres posmenopáusicas y la relación del grosor endometrial con la ultrasonografía. En efecto, este valor ha sido clásicamente usado para decidir si hacer o no una biopsia endometrial en mujeres posmenopáusicas.

En cuanto a la incidencia del engrosamiento endometrial en mujeres posmenopáusicas, la principal enfermedad es el cáncer de endometrio. Este último, en países desarrollados, es la neoplasia más frecuente del aparato genital femenino. Se estima que cada año en el mundo hay 189.000 nuevos casos, con 45.000 defunciones. En la Argentina es el segundo cáncer en frecuencia del tracto genital, después del cáncer de cuello uterino, representando el 80% de los casos repetidos de sangrado uterino anormal.

En el centro de imagen Diagnóstico Científico Integral la patología del endometrio es bien conocida y de alta demanda. Sin embargo, es la primera vez que realizamos un estudio de tipo retrospectivo transversal observacional, refiriéndonos al “valor de la ultrasonografía transvaginal en la evaluación del endometrio en pacientes posmenopáusicas”, teniendo en cuenta el volumen significativo de mujeres que llegan a nuestra institución, y que gracias a esto se pudo realizar.

Marco teórico y antecedentes

El endometrio es una capa de tejido que recubre el útero y se fortalece en el caso de un posible embarazo. Sin embargo, durante la posmenopausia, cuando la menstruación cesa debido al agotamiento de los óvulos, esta capa de tejido no se desintegra por completo y puede acumularse, engrosándose de manera anormal. Esta acumulación puede generar síntomas como sangrado uterino o incluso aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de endometrio.(20)

El engrosamiento endometrial es una preocupación común en mujeres posmenopáusicas. La posmenopausia se define como el período que inicia a partir del año de la ausencia de menstruación hasta el fin de la vida. En esta etapa el endometrio suele ser delgado, pero su engrosamiento puede indicar diversas condiciones, algunas de las cuales pueden ser benignas y otras de origen neoplásico.(2-6)

En cuanto a la incidencia del engrosamiento endometrial en mujeres posmenopáusicas, la principal enfermedad es el cáncer de endometrio, con una edad media de presentación de 63 años, y solo el 9% de los tumores se presentan en mujeres menores de 45 años. Su pico de incidencia es entre los 55 y 74 años.(22) En países desarrollados, el cáncer de endometrio es la neoplasia más frecuente del aparato genital femenino. Se estima que cada año en el mundo hay 189.000 nuevos casos, con 45.000 defunciones. En la Argentina es el segundo cáncer en frecuencia del tracto genital, después del cáncer de cuello uterino, representando el 80% de los casos repetidos de sangrado uterino anormal.(12)

El estudio del engrosamiento endometrial va dirigido principalmente a descartar o confirmar patología del endometrio, con especial énfasis en el reconocimiento precoz del cáncer. Los diagnósticos anatomopatológicos más frecuentes encontrados en biopsias de pacientes con endometrio engrosado son:(12)

-Hiperplasia endometrial: es una causa común de engrosamiento, siendo una condición histopatológica del endometrio a nivel de sus glándulas, epitelio, estroma y vasos sanguíneos, producida por un efecto persistente de los estrógenos no antagonizado en forma adecuada por la progesterona.(5)

Se sospecha por un engrosamiento a nivel de la línea endometrial en una ecografía pélvica transvaginal y debe considerarse en pacientes peri o posmenopáusicas con historia de hemorragia uterina anormal. No obstante, su diagnóstico confirmatorio es histológico.

Se divide en simple y compleja, con o sin la presencia citológica de atipias.(10) La presencia histológica de atipias confiere 10 veces más riesgo de carcinoma de endometrio comparado con la hiperplasia simple o compleja sin presencia de atipias, donde la progresión a cáncer es del 1,6% con el tratamiento hormonal con progestinas, el 90% de las hiperplasias sin atipias tiende a regresar espontáneamente(8-10) (Figura 1).

-Pólipos endometriales: los pólipos son crecimientos benignos en el revestimiento uterino que pueden causar engrosamiento y sangrado anormal.(20) La prevalencia estimada de pólipos endometriales en mujeres con sangrado posmenopáusico varía en rangos de entre 13% y 50%.(12) En los pólipos, los factores de riesgo asociados a malignidad endometrial, que se han descrito en forma separada o conjunta, han sido: estado menopáusico, edad (mayor de 60 años), presencia de flujo vaginal rojo, tamaño del pólipo (mayor de 40 mm), obesidad, diabetes mellitus e hipertensión arterial.(12)

A menudo los pólipos endometriales se identifican con ultrasonografía transvaginal realizada para otras indicaciones. Sin embargo, algunos pólipos se descubren en el momento de la histeroscopia. Su diagnóstico es histológico, basado en la evaluación de la muestra después de una remoción(17) (Figura 2).

-Leiomioma submucoso: la prevalencia de leiomioma uterino en la mujer posmenopáusica es una décima parte de la premenopáusica; por lo tanto, son un potencial poco común de causa de sangrado uterino, infertilidad, pérdida recurrente de gestación y dolor pélvico en mujeres posmenopáusicas(17) (Figura 3).

Se recomienda el uso de ultrasonido transvaginal periódico para determinar cambios en el tamaño, aparición de nuevos miomas o cambios en su extensión y profundidad; este método es una ayuda diagnóstica de alta sensibilidad (84,5%) y especificidad (98,7%) para la evaluación de miomas submucosos.(21)

-Atrofia de endometrio: es causada por hipoestrogenismo. En el útero, las superficies de endometrio atrófico colapsadas contienen poco o nada de fluido para evitar la fricción intracavitaria. Esto se traduce en microerosiones del epitelio superficial y una reacción inflamatoria crónica posterior (endometritis crónica), que es propenso a sangrado ligero o manchado (spotting)(17) (Figura 4).

-Cáncer de endometrio: es considerado, según las estadísticas, el tumor ginecológico más frecuente en la posmenopausia asociada a hemorragia uterina anormal.(9) La sospecha de cáncer de endometrio se basa en la presencia de factores de riesgo, la clínica, sobre todo el sangrado uterino anormal, y el aumento del grosor endometrial diagnosticado por la ultrasonografía. Históricamente, el carcinoma endometrial se ha clasificado en dos tipos principales clínico-patológicos y moleculares: el tipo I (adenocarcinoma endometrioide) es el más común y se presenta en el 80-90% de los casos; el tipo II comprende los subtipos no endometrioides tales como el de células serosas, claras y carcinomas indiferenciados.(10-12-13)

Diferentes estudios han encontrado relación significativa entre el grosor endometrial aumentado y el riesgo de cáncer de endometrio.(9)

Los factores de riesgo para desarrollar estas condiciones son múltiples, tomando mayor importancia la edad y toda exposición estrogénica prolongada como nuliparidad, menarca temprana, menopausia tardía, síndrome de ovario poliquístico, síndrome de Lynch, obesidad o dieta rica en grasas, diabetes e hipertensión, exposición exógena con terapias de reemplazo hormonal, tiempo y dosis administradas(12) (Figura 5).

El engrosamiento endometrial asintomático (EEA) se define como un endometrio igual o mayor de 5 mm, sin evidencias de sangrado uterino, que acontece en una mujer después de la menopausia.(12) Se piensa que el grosor endometrial normal después de la menopausia sería de 5 mm, no obstante, hay autores que plantean ausencia de alteraciones y/o malignidad hasta en endometrios de 11 mm. También se ha descrito que el endometrio puede ser más grueso durante el primer año después de la menopausia, reflejando actividad de estrógeno residual.(21,22) En el EEA el estudio de patología endometrial es un proceso no exento de riesgo y costos en un contexto de baja plausibilidad para cáncer, planteándose así la recomendación de no realizar investigaciones por la sola presencia de EEA.(21)

No obstante lo anterior, deben considerarse las siguientes recomendaciones adicionales para un adecuado manejo:

  • Las indicaciones de biopsia endometrial en una mujer con metrorragia después de la menopausia con endometrio mayor de 4-5 mm no deben extrapolarse a mujeres sin sangrado.
  • Mujeres con EEA y otros hallazgos en ultrasonido, tales como incremento flujo vascular, heterogeneidad endometrial, colección endometrial con partículas o endometrio mayor de 11 mm, deberían considerarse como candidatas a estudio anatomopatológico.
  • En aquellas mujeres con EEA y factores de riesgo para cáncer, tales como obesidad, hipertensión y menopausia tardía, la resolución de realizar un mayor estudio endometrial debería ser individualizada según el caso.
  • En mujeres usuarias de tamoxifeno no debería realizarse ultrasonido para cribado de patología endometrial.

El sangrado uterino anormal (SUA) es un problema frecuente en ginecología que puede deberse a patología orgánica o funcional. Las patologías orgánicas más frecuentes son: pólipo endometrial, leiomioma submucoso, hiperplasia endometrial y cáncer de endometrio. Se ha demostrado que en mujeres posmenopáusicas que presentan SUA, el 10% tendrán un cáncer de endometrio. Por tal motivo, existe gran interés en determinar cuál es la mejor manera de estudiar la etiología del sangrado en estos casos.(19) Entre los procedimientos diagnósticos que deberían realizarse para determinar la causa de dicha hemorragia es indispensable la exploración física, estudios imagenológicos y la biopsia de endometrio.(16)

El diagnóstico de engrosamiento endometrial se realiza inicialmente por ecografía transvaginal, aunque existen otros métodos, como la tomografía (TC) y la resonancia magnética (RNM). Sin embargo, el ultrasonido, por su bajo costo, accesibilidad y sencillez, continúa siendo la prueba diagnóstica de primera elección.(15) Si se detecta un engrosamiento, es importante realizar una evaluación adicional, que puede incluir una biopsia del endometrio para determinar la causa y descartar malignidad.(18-20)

El diagnóstico ecográfico de la patología endometrial debe realizarse preferentemente por vía transvaginal, aunque en pacientes con imposibilidad de utilizar esta vía de exploración puede realizarse vía transrectal o vía transabdominal con repleción vesical.(15)

Para la valoración del grosor endometrial con la ultrasonografía transvaginal revisamos:

  1. Diámetro anteroposterior máximo del endometrio medido en un corte sagital del útero. Esta medida incluye las dos capas endometriales, desde la unión de la capa basal del endometrio con el miometrio en la cara anterior, hasta la unión endometrio-miometrio en la cara posterior. Cuando la cavidad uterina está distendida por líquido medimos por separado el endometrio en la cara anterior y en la cara posterior, y sumamos varias medidas.(12-18)
  2. Límites de contenido en la unión endometrio-miometrio (regulares o no).
  3. Ecogenicidad del endometrio.

El estudio de Doppler color proporciona datos acerca de la vascularización de órganos y tumoraciones, por lo que es útil en la evaluación de la patología endometrial. En el consenso IETA de 2010, se especifica cómo debe realizarse el estudio de la vascularización del endometrio y su patología. Se realiza una valoración subjetiva, semicuantitativa del órgano o de la lesión estudiada, otorgando un score en función de la cantidad de vascularización observada(15) (Figura 6):

1: No existe vascularización.

2: Vascularización mínima.

3: Vascularización moderada.

4: Vascularización importante.

En cuanto al velocímetro obtenido a partir del Doppler pulsado, se ha ido abandonando de manera progresiva, puesto que no ha dado los resultados previstos inicialmente.(15)

En otras pruebas de imagenología, como la tomografía computarizada (TC) estándar abdominopélvica, el grosor endometrial normal para una mujer posmenopáusica no está bien establecido. En un estudio de mujeres posmenopáusicas asintomáticas, el grosor endometrial fue de 7,5 mm. Sin embargo, cuando se hallan anomalías en el endometrio con la TC, deben ser complementadas con una ecografía transvaginal. El endometrio normal en la mujer posmenopáusica con la imagen de resonancia magnética (MRI) debe ser hiperintensa en las imágenes ponderadas en T2 y grosor menor de 5 mm.(17)

El tamaño ecográfico del endometrio ha sido un valor usado clásicamente para decidir si hacer o no una biopsia endometrial en mujeres postmenopáusicas con sangrado uterino anormal. A pesar de los diferentes reportes observados realmente existen pocos estudios que evalúen el nivel de corte de grosor endometrial en mujeres postmenopáusicas asintomáticas. (9-14)

En el estudio de la patología endometrial, el único dato fiable (Gold standard), es el resultado histopatológico de la biopsia endometrial; por ello, la visión clínica de las alteraciones endometriales incluye en forma obligatoria, una valoración coordinada de datos clínicos, ecográficos e histológicos.

Los diagnósticos anatomo-patológicos más frecuentes encontrados en biopsias de pacientes con endometrio engrosado son: pólipo endometrial, endometrio proliferativo o secretor, miomas, hiperplasias simples o complejas con o sin atipia y por último adenocarcinoma de endometrio.(12)

La ultrasonografía desempeña un papel fundamental en el diagnóstico de engrosamiento endometrial, pero es esencial considerar otros factores clínicos y realizar pruebas adicionales cuando sea necesario para garantizar una atención médica adecuada.(9-10-11)

Resultados

Se analizó un total de 223 mujeres posmenopáusicas con engrosamiento endometrial que tenían registro completo de los datos clínicos, grosor endometrial medido mediante ecografía y resultado de la biopsia endometrial. La edad promedio fue de 63 años (rango: 55 a 85 años). El motivo de consulta más frecuente fue la hemorragia de la posmenopausia (83%) y en menor porcentaje el control asintomático (14%), entre otros. El grosor endometrial promedio fue de 7 mm (rango: 5 mm a 23,3 mm).

Entre los factores de riesgo personales se encontró con mayor frecuencia la nuliparidad, en un total de 83 pacientes (37%), y en los factores de riesgo familiares, 190 mujeres presentaron otros antecedentes (85%), como hipertensión arterial, diabetes mellitus, entre otros.

En cuanto a los hallazgos anatomopatológicos de las biopsias, y en coincidencia con los datos epidemiológicos, el cáncer de endometrio ocupó el primer puesto con un total de 166 pacientes (74%), seguido de resultado negativo en 26 mujeres (12%) y un pequeño porcentaje (7%) mostró pólipo endometrial.

Este procedimiento se cumplió por medio de un rastreo, utilizando las palabras clave “engrosamiento endometrial”, “sangrado de la posmenopausia” y “ultrasonografía”, haciendo énfasis en los aportes de estudios de casos o revisiones sistemáticas más recientes y de mayor interés. Se realizó una selección de 22 artículos por su relevancia y manejo radiológico específico de la entidad, lo cual garantiza la calidad, confiabilidad y originalidad de las fuentes consultadas.

Discusión

¿Es realmente efectiva la ultrasonografía transvaginal para el estudio del engrosamiento endometrial en mujeres posmenopáusicas?

La introducción de la ecografía transvaginal ha cambiado la práctica clínica en ginecología. Es un estudio complementario de gran utilidad y bajo costo para la detección de la patología endometrial. Las alteraciones más frecuentes son el aumento inespecífico del grosor endometrial y las lesiones focales endometriales.

El hallazgo principal de la presente investigación es que el grosor endometrial igual o mayor de 5 mm medido por ecografía en mujeres posmenopáusicas que ingresan a hospitalización con sangrado uterino anormal (SUA) tiene una asociación muy alta con la presencia de cáncer endometrial. Al respecto, llaman la atención las pacientes con engrosamiento endometrial asintomático (EEA) igual o mayor de 11 mm, que fueron sometidas a biopsias que en la mayoría de los casos resultaron negativas. Esto explica la presencia de tratamiento con tamoxifeno y el uso de TRH.

Al comparar la literatura con nuestro estudio, en donde las mujeres posmenopáusicas con SUA reportan una sensibilidad para el diagnóstico de cáncer de endometrio de 96%, tomando como nivel de corte los 5 mm, y de 97,9% para un corte de 3 mm, consideramos que los hallazgos son similares a los nuestros. Resultan de gran importancia para la práctica clínica diaria y pueden sentar las bases para crear un score predictivo de patología endometrial maligna e indicación de estudio histológico.

Debemos mencionar que nuestro estudio, producto de su diseño, presenta ciertas limitaciones. Tratándose de un estudio retrospectivo, es habitual la pérdida de información, especialmente en aquellas mujeres cuyo estudio se realizó de manera ambulatoria. Suponemos que en el estudio se encuentra un mayor volumen de mujeres posmenopáusicas con SUA y endometrio menor de 5 mm que no fueron sometidas a biopsia endometrial y, por lo tanto, no fueron incluidas en nuestro análisis.

Conclusiones

La ultrasonografía transvaginal es el mejor método de screening en mujeres posmenopáusicas, tanto sintomáticas como asintomáticas, para el diagnóstico de patología endometrial; constituye una técnica no invasiva y sencilla. Se han definido los valores de corte para el grosor endometrial según su sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de cáncer de endometrio, que permiten establecer la indicación de un estudio histológico en estas pacientes.

Después de analizar esta investigación se concluye que, en la patología endometrial, la manifestación clínica más frecuente es el sangrado uterino, siendo la franja etaria más afectada entre 55 y 85 años. La sensibilidad y especificidad del ultrasonido respecto de la biopsia de endometrio fue elevada.

Las pacientes que presentaron factores de riesgo –como hipertensión arterial crónica, diabetes mellitus, tamoxifeno, menarquia precoz, obesidad, uso de estrógenos y terapia de reemplazo hormonal– presentaron mayor probabilidad de desarrollo de patología endometrial alterada (hiperplasia y cáncer), con el fin de individualizar cada caso para toma de biopsia.

Existe mayor probabilidad de desarrollar patología endometrial benigna o maligna a medida que el grosor endometrial se incrementa en mujeres posmenopáusicas.

En conclusión, el engrosamiento endometrial en mujeres posmenopáusicas es un hallazgo clínico importante que requiere una evaluación minuciosa para determinar su causa y abordarlo adecuadamente. La ultrasonografía transvaginal desempeña un papel fundamental en el diagnóstico, pero es esencial considerar otros factores clínicos y realizar pruebas adicionales cuando sea necesario para garantizar una atención médica oportuna que englobe un tratamiento precoz y adecuado.

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  18. 18. Bonilla, O. y Zapata, L. (2018). Hiperplasia endometrial y criterios ecográficos: reporte de caso y revisión de la literatura. Medicina UPB, 37(2), 149-153.
  19. Cansino, C. (2009). The role of transvaginal ultrasonography in evaluating the endometrium of women with postmenopausal bleeding. ACOG Clinical, (734).
  20. Tichanek F., Forsti, A. et al. Tendencias de supervivencia, incidencia y mortalidad de los cánceres femeninos en los países nórdicos; Volumen 2023.
  21. Di Muro, M., Berón, J. et al. (2013). Miomas submucosos: gran desafío para el ginecólogo: Revista de Obstetricia y Ginecología Venezuela, 73(2), 122-131.
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Anexos

Esquema 1. Se evidencia que de las 223 pacientes evaluadas en nuestra institución que consultaron al Servicio de Ginecología, la hemorragia posmenopáusica fue el principal motivo de consulta (83%). Por otra parte, se encuentran las pacientes que consultaron por control anual sin presentar ninguna sintomatología (14%).
Esquema 2. Se observa que dentro de los factores de riesgo personales analizados el principal es nuliparidad (37%), coincidiendo con la epidemiologia a nivel mundial, seguido de la hipertensión arterial (19%) y ocupando el tercer puesto la obesidad (13%), en concordancia con las revisiones bibliográficas.
Esquema 3. En cuanto a los factores de riesgo heredofamiliares, se encontró otros tipos de antecedentes que no correspondían con la epidemiologia del cáncer de endometrio (85%) del total de las pacientes evaluadas. Sin embargo, el cáncer de mama ocupó un 11% dentro del análisis realizado, y finalmente el cáncer colorrectal, en un 2%.
Esquema 4. Con respecto al resultado histológico de la biopsia de endometrio, el hallazgo principal fue cáncer de endometrio (74%), seguido de otros (12%) cuyo resultado histopatológico fue negativo; finalmente, existe un porcentaje (7%) de mujeres que desarrollaron pólipo endometrial.
Esquema 5. Se observa el reporte ultrasonográfico de la línea endometrial, agrupándose de la siguiente forma: 5-8 mm: 124 pacientes (55%); 9-11 mm: 35 pacientes (16%); endometrio mayor a 11 mm: 65 pacientes (29%).
Esquema 6. En este recuadro se muestra la distribución por grupos de edad. La mayor frecuencia de pacientes correspondió al grupo de 55 a 65 años, que representa el 48%. Le sigue el grupo de 66 a 75 años con el 35%. Finalmente, el tercer lugar lo representaron 39 mujeres (17%) que tenían edad mayor de 75 años. La edad promedio fue 65 años.
Figura 1. Ecografía ginecológica endovaginal de una paciente posmenopáusica con sangrado ginecológico muestra un engrosamiento endometrial de límites definidos (flechas), con algunas imágenes microquísticas en su interior, compatible con hiperplasia endometrial. Fuente: https://www.saludintegraldelamujer.com/hiperplasia-endometrial/.
Figura 2. Ecografía ginecológica endovaginal de una paciente posmenopáusica con sangrado ginecológico, muestra un engrosamiento endometrial asociado a tres imágenes en su interior de características isoecogénicas, de bordes definidos (flechas), compatibles con pólipos. Fuente: https://www.google.com/search?q=polipo+endometrial+en+ecografia+transvaginal&sca_esv=575820655&rlz=1C1CHBD_esAR1041AR1041&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=2ahUKEwiMs-qNxIyCAxUKPbkGHUIrABIQ_AUoAXoECAEQAw&biw=1280&bih=569&dpr=1.5#imgrc=eD8ry4YeXWCJiM
Figura 3. Ecografía ginecológica endovaginal de una paciente posmenopáusica con sangrado ginecológico, muestra un engrosamiento endometrial asociado a una imagen en su interior de característica hipoecoica, de bordes definidos (flecha), compatible con leiomioma submucoso. Fuente: https://www.google.com/search?q=leiomioma+submucoso+ecografia+tranvaginal&sca_esv=575820655&rlz=1C1CHBD_esAR1041AR1041&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=2ahUKEwj2tfi_xYyCAxWaGbkGHZPhABcQ_AUoAXoECAIQAw&biw=1280&bih=569&dpr=1.5#imgrc=nfxwGF3BkeMgxM.
Figura 4. Ecografía ginecológica endovaginal de una paciente posmenopáusica con sangrado ginecológico activo, muestra un endometrio delgado, menor de 5 mm, compatible con atrofia endometrial. Fuente: Simón, Marta (2020). Aportación de la ecografía tridimensional en el diagnóstico de cáncer de endometrio [Tesis doctoral]. Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Barcelona, 3-261.
Figura 5. Ecografía ginecológica endovaginal de una paciente posmenopáusica con sangrado ginecológico activo, muestra un endometrio engrosado que mide 23 mm de diámetro mayor. Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1283081X15747326
Figura 6. Clasificación de la vascularización del endometrio y de la patología endometrial al estudio Doppler color (margen izquierdo) y Doppler color (margen derecho). A y B: score 1; C y D: score 2, E y F: score 3; G: score 4. Fuente: Simón, Marta (2020). Aportación de la ecografía tridimensional en el diagnóstico de cáncer de endometrio [Tesis doctoral]. Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Barcelona, 3-261.
Figura 7. Ecógrafo Toshiba Xario 100 con transductor endocavitario. Cortesía de: Centro de Imagen Diagnóstico Científico Integral.
Figura 8. Tenáculo de Jacobs. Fuente: https://products.rudolf-med.com/es/Ten%C3%A1culo-Uterino-Jacobs-Recto-21-cm/a21190/?category_id=1753
Figura 9. Cánula de Novak. Fuente: Simón, Marta (2020). Aportación de la ecografía tridimensional en el diagnóstico de cáncer de endometrio [Tesis doctoral]. Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Barcelona, 3-261.
Figura 10. Cánula Cornier. Fuente: Simón, Marta (2020). Aportación de la ecografía tridimensional en el diagnóstico de cáncer de endometrio [Tesis doctoral]. Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Barcelona, 3-261.
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